Ocurre mayormente en la religión católica, que mantiene entre sus filas a un cúmulo de gente poco convencida, y hasta ignorante, de la doctrina que dicen seguir. Para estas fechas, cuando se conmemora en muchos pueblos del interior la fecha de fundación de pueblos y la aceptación de la protección de ciertos santos patronos, muchas personas se quedan en las márgenes de la celebración, es decir, en los bailes, las chupatas, las corridas de toro y la demostración material de la alegría festiva. Pero vayamos a los templos, donde se adora al Divino Hacedor por mantener en pie la comunidad, donde se dan gracias y se pide mayor protección de las Alturas.
Los templos están vacíos, o solo son los ancianos y algunos muchachos convencidos, o no, que Jesús es la salvación. Las fiestas patronales están viciadas de licor y música alocada. |