La curiosidad le costó la vida a un ciudadano que plausiblemente estaba en su residencia. A las 10:45 p.m. del miércoles, Pedro Antonio Ruda, de 47 años, estaba sentado frente a su televisión cuando escuchó disparos que bandas rivales sostenían en el sector de Los Llanos de Felipillo, Pacora. Como buen padre, salió a verificar si algunos de los suyos estaba en peligro y quiso ver qué ocurría.
La fatalidad abrazó su vida. Cuand salió a la puerta de su casa, la 191, recibió una bala perdida en la boca. Ensangrentado, entró a su casa y se sentó en el sillón. Allí falleció. |