Cada día el proyecto Transmóvil para reemplazar la flota de buses urbanos de la ciudad capital se encuentra con más trabas y barreras, que deberían hacer reflexionar al �rgano Ejecutivo y a la Autoridad del Tránsito sobre su conveniencia.
La más grave de todas ha sido la eliminación de la empresa china Higer Bus Company de la licitación para la venta al Estado de 420 buses, ya que se descubrió que aparentemente había incluido falsamente en su propuesta que Interoceánica de Seguros garantizaba la fianza de cumplimiento.
El asunto se hace más grave porque todo apuntaba a que Higer sería la ganadora de la licitación. Esta había presentado la propuesta más baja por lejos en comparación con sus otros dos competidores, Volvo y Grupo Q, lo que ya había generado suspicacias.
Encima de eso, dos demandas de nulidad contra el acto de licitación fueron admitidas por la Corte Suprema de Justicia, mismo organismo de justicia que ya había congelado el pago de indemnizaciones a los propietarios de la actual flota de buses capitalinos.
Para acabar de rematar, el proyecto ha distanciado al �rgano Ejecutivo de la campaña presidencial del gobernante PRD. Juan Carlos Navarro, candidato a la vicepresidencia, ha calificado de "mamotreto" el proyecto Transmóvil, adicionándo críticas para la administración del Presidente Martín Torrijos por seguir adelante con los planes.
Se trata de suficientes señales como para convencer a los responsables del proyecto de hacer un alto. Solo el hecho de haber escogido un período electoral para poner semejante empresa a correr, presagiaba toda clase de escollos que afectarían su credibilidad.