Independientemente de la conveniencia o no para el país del paquete de reforma fiscal que está proponiendo del gobierno, es conveniente recordarles que buenos proyectos han sido congelados en el pasado por falta de un verdadero y ampliio debate previo con todos los sectores del país.
Esta administración se ha caracterizado por proceder "a la brava", y con una celeridad que supera a anteriores gobiernos. Desde que se anunció el plan de reformas, han resonado desde múltiples frentes los llamados de alerta por el aumento del Impuesto de Transferencia de Bienes Muebles y Servicios (ITBMS) de 5% al 7%.
En materia tributaria, todos los últimos gobiernos han venido con su librito. El último gobernante, Martín Torrijos, estableció su propia reforma, cuyo principal elemento de discordia fue el llamado Cálculo Alternativo del Impuesto sobre la Renta (CAIR).
Si hay algo que se necesitaba demostrar en esta administración era que este gobierno no impondría sus decisiones en aspectos vitales como estos, y que consultaría. Aunque se ha dicho que no habrá "madrugonazos" con respecto a la reforma fiscal, poco importa si esta se aprueba durante carnavales o no, cuando el órgano legislativo ha dado muestras de estar en sintonía con el Ejecutivo.
El gobierno no podrá operar de esta forma por mucho tiempo. Parece que estuviera tratando de capitalizar el poco tiempo que le quedaría de alta popularidad al Presidente de la República para establecer las bases de su proyecto de gobierno, antes de que lleguen los tiempos duros.