Esa noche casi con devoción, la gente fue a presenciar su debut, ni las viudas de esta tragedia se quedaron en casa, pues era como volver a encontrarse con sus seres amados a través de su cumbia.
Y es que en medio del dolor, tres de los integrantes del conjunto de "�Ñato Califa", que por cosas del destino, ese viernes 13 de enero, no corrieron la misma suerte que sus compañeros y familiares, han tomado una importante decisión, que no pare la cumbia.
El primer y mayor reto fue hacer frente al compromiso que por más de 25 años sostuvo "Ñato califa", con la Feria de La Chorrera.
Pero no fue fácil por que no contaban con un sólo instrumento, ni el más elemental equipo de sonido. Pero el pueblo los apoyó y pasaron la prueba de fuego.
Jovani Hernández, (Hijo mayor de Chía Ureña ) es quien ha tomado la batuta y ya han encontrado un nombre oficial: "Los Herederos de la Cumbia Chorrerana", que ahora se aboca a la más dura, pero no imposible labor, de conseguir los instrumentos musicales y un auto que les pueda transportar a sus compromisos.
Señala que por el momento la única promesa que tienen es la del Director del Instituto Nacional de Cultura, que se ha comprometido en apoyarlos con parte del equipo, aunque Hernández no descarta la posibilidad de un contrato de exclusividad con las respectivas cervecerías como medio para subsistir como grupo.
Por su parte la folclorista, Candelaria "Mamy" Chacón, tomó la iniciativa de recolectar dinero en unas urnas en la Feria de La Chorrera, para contribuir con la compra de los instrumentos.
Marcelino Avilés, ese quien encarnó durante las noche de feria, la figura de "Ñato". El es un acordeonista de gran trayectoria, ejecutando con buena cantidad de conjuntos de expresión folclórica.
"La experiencia ha sido emocionante, porque fue algo muy prematuro prepararme para la cumbia y al llegar allí, el público estaba esperando y eso me ha comprometido tanto, que ya no me atrevo a decir que no", comentó.
El reconoce que es muy difícil tocar toda la noche solo, aunque en esta oportunidad lo tuvo que hacer en más de una ocasión, un rato sentado y otro de pie, recordando al maestro, cuando le decía: "Dejáte de flojera que cuando yo me muera tú vas a seguir con esto".
Sin embargo, los últimos días de feria, el sentimiento de solidaridad se hizo sentir entre músicos, como el acordeonista Otmianis Escala, "buen amigo del viejo Ñato", que tocó su acordeón, la churuca y terminó bailando la cumbia chorrerana.