Las ferias son eventos comerciales que hacen anualmente considerables aportes a las economí�as locales en las diferentes regiones del paí�s e inyectan grandes sumas de dinero al turismo interno.
Durante los diez o doce dí�as que dura una feria, pequeños, medianos y grandes empresarios, desde vendedores de carne en palitos hasta promotores de bienes raí�ces dedicados a la venta de vivienda y terrenos, generan un movimiento comercial con beneficios directos e indirectos para la población que concurre a exponer sus productos o a prestar sus servicios.
Al respecto son dos los temas básicos que requieren de una legislación clara y su aplicación inmediata; por un lado el que tiene que ver con la conformación del equipo administrativo responsable de la organización y manejo de la feria, es decir, la figura conocida con el nombre de patronato, y la polí�tica comercial del evento que debe estar claramente definida para evitar situaciones como las que están ocurriendo en la Feria de La Chorrera.
Es necesario que por la naturaleza comercial de este tipo de eventos, la escogencia de los patronatos se realice al margen de consideraciones polí�ticas y partidistas.
En Azuero y La Chorrera se ha agregado un nuevo ingrediente suscitado por la tenencia de los terrenos sobre los cuales funciona el evento ferial, pues los mismos son patrimonio de los municipio donde operan.
Los altos valores monetarios que han comenzado a activarse sobre el sector inmobiliario urbano, hacen que los precios de dichos terrenos resulten elevados e impagables por los patronatos.
Aunque las ferias gozan de relativa estabilidad financiera, sus promotores y las propias comunidades no deben descuidar las advertencias que acabo de mencionar, pues de continuar por este camino, estarí�an "sacrificando la gallina de los huevos de oro".