Para minimizar los índices de violencia y recuperar una convivencia pacifica debemos comenzar por ir rescatando los valores universales que se han perdido y no se practican en el diario vivir. El primero a rescatar es el Amor, para luego ir reviviendo los otros como la verdad, la paz, la tolerancia, la comprensión, el agradecimiento, la cortesía, el perdón, la justicia, la responsabilidad, el respeto y la equidad.
En ese orden de ideas y con esos mismos propósitos conversé con la Lic. Jamina Jiménez, directora de la Asociación Educación en Valores, quien me manifestó una frase que me inspira hacer esta nota y fue que los valores debemos inculcarlos desde la cuna. Si ello fuera así, no existiría la tanta violencia y la tanta irresponsabilidad paterna y materna respecto a la educación y formación de los hijos y que nos consume en un mundo sin principios ni valías.
Recientemente la asociación en valores gradúo a más de 500 estudiantes como promotores de los valores cívicos, éticos, morales y espirituales.
Estos jóvenes son muestra que quieren cambiar sus vidas porque el que con estos valores actúa siempre tendrá una recompensa en todos los sentidos de su vida. Es por ello que también tenemos que empezar a formar, preparar, educar a los hombres y mujeres de Panamá a saber ser buenos padres y madres, a saber actuar con tratos estimulantes a sus hijos, formarlos con principios para que sepan valorar el sentido de la vida, sepan actuar con respeto, para que sean justos, responsables, amables, respetuosos y para que sepan agradecer los esfuerzos que tanto sus padres como el Estado hacen para que todos ios niños y niñas del país tengan el acceso a la educación, porque educar es crecer y con una buena educación y una buena conducción de la vida, los hombres y las mujeres serán libres y tendrán la oportunidad de tener una vida exitosa y una buena bonanza económica para hacer cosas buenas y poder servir a quien nos lo pida o servir por amor.