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Los libros panameños compiten con los extranjeros.  |
Los escritores en Panamá "escriben por amor al arte". Su oficio debe estar respaldado por una profesión, de lo contrario, corren el riesgo de "morir de hambre".
El mercado de la literaria a pesar de registrar un auge en los últimos cinco años, todavía no produce para vivir de ello. Según las propias palabras de tres reconocidos escritores, todo trabajo debe apuntar a internacionalizarse, a salir del "patio", sino corre el riesgo de que las obras no se lean o se desconozca el autor.
Un escritor luego de tocar puertas de editoriales -que no son muchas- , de soportar que le cierran la misma en la cara, debe convertirse en promotores de su trabajo e invertir recursos propios para imprimir y colocar sus trabajos en los puestos de venta.
La "ganancia" al final de todo el trabajo puede ser de B/.500 a B/. 6 mil, incluso más dependiendo de la aceptación de la obra literaria. Para Ramón Fonseca, autor de "Ojitos de Angel", que ya registra ventas en tres años por B/.10 mil, el oficio más que ingresos genera egresos. "Uno hace esto por amor al arte, uno es un quijote de la literatura".
Explicó que resulta difícil vivir de la literatura, no alcanza para mucho y las fuentes de entrada de las obras son los premios. Como ejemplo el Ricardo Miro, cuya oferta ha mejorado. Fonseca, quien es abogado y tiene 15años escribiendo, dice que los autores de obras didácticas son los que perciben ingresos adicionales.
Narró que en principio todo fue bastante difícil y eso que desde los 12 años escribe. "Llevé muchos libros bajo el brazo, toque muchas puertas, fui rechazado en casi todas y al final -la editorial- Alfaguara adoptó una de mis novelas, le gusto y la lanzó".
INCONVENIENTES DEL MERCADO LITERARIO
A su criterio uno de los problemas del mercado literario es que se ha vuelto muy comercial; las editoriales prefieren autores ya conocidos, probados, "nadie quiere arriesgar". Además ahora la gente prefiere libros relacionados a asuntos esotéricos y de autoayuda.
"La literatura está en crisis por la competencia que tiene con la vida rápida, que lleva el ser humano, por la manera de entretenerse sentándose en una pantalla, pero esto jamás se puede comparar con la literatura".
Fonseca dijo que la paga por sus obras varía, uno de los últimos cheques que recibió fue de B/. 6 mil. Aconsejó a los escritores bajarse del pedestal y bajar la cabeza y ser humildes y meterse el libro bajo el brazo y seguir tocando puertas.
En el caso de Justo Arroyo, ganador en varias ocasiones del premio Ricardo Miro y otros a nivel internacional, los galardones son importantes para impulsar la carrera de todo escritor.
El trabajo con las casas editoriales operan de la siguiente manera: se cobra una tarifa de entre 25 hasta 50 por ciento, en base a su experiencia por la colocación de sus libros. Detalló que el primer pago puede tomar cerca de seis meses.
Algunas editoriales obtienen ganancias de la venta de los libros y se dan el lujo de no brindar las regalías a los autores, afirmó Arroyo. "Nadie puede vivir de sus escritos a menos que tengan un premio sinceramente importante como el Planeta. Eso le permite al escritor un tiempo, para que pueda seguir escribiendo, pero todo escritor necesita una profesión sobre la cual ampararse, asegura Justo.
Dijo que la profesión de escritor de novelas y obras literarias tendrá que apoyarse siempre en otra carrera, a menos que ocurra un bettseller como 100 Años de Soledad, de Gabriel García Márquez.
Arroyo también reveló que hubo momento difíciles cuando no era conocido, incluso recordó que invirtió B/. 3 mil de su bolsillo para imprimir el libro "La Gallola" para colocarlos en las librerías y darlo a conocer.
PREMIOS NACIONALES
Criticó el monto de los premios nacionales, alegando que cifras de 2 mil hasta 6 mil dólares son "ridículas" en comparación a los concursos que se celebran en España que ofrecen hasta B/. 175 mil, incluso medio millón.
En tanto, para Ramón Jurado, un jovencito de apenas 23 años, autor de "Mirada Siniestra", su incursión en las letras o mejor dicho hacerse notar, no fue tan fácil. Como anécdota comenta que cuando participó en el concurso Ricardo Miro, algunos jurados identificaban su novela "Mirada Siniestra", como el directorio telefónico por lo voluminosa.
Pero este joven, que además es abogado, proyectó éxito, cuando el representante de la editorial Géminis, Raúl Esquivel, decide asumir los costos de la distribución de su libro.
Sin embargo, para él, es muy pronto hablar de ganancias, ya que el libro no posee ni un año en el mercado. Consideró muy agradable poder dedicarse totalmente a sus escritos, pero eso sólo lo puede hacer en su tiempo libre. |