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Crispín Poveda.  |
En el béisbol, al igual que en la mayoría de los deportes, haber sido una gran estrella como jugador no te garantiza que si llegaras a incursionar en el rol de técnico, tendrías un resultado favorable.
Para triunfar como entrenador, hay que tener la dinámica y el tacto necesario... tener ese don de poder traspasar de generación en generación los fundamentos básicos que se necesitan para ganar.
En nuestro país, son muchos los expeloteros que han realizado estas dos facetas sin embargo son pocos los que como el exlanzador Crispín Poveda, han logrado destacar en ambas. Hablar de Crispín Poveda, es hablar de una de las carreras mas brillantes que se hayan visto dentro de la pelota criolla; un hombre que como tirador consiguió una gran cantidad de marcas algunas de las cuales se mantienen vigentes.
Considerado en su momento como el máximo ganador de juegos y el máximo ponchador de nuestro béisbol, Poveda, termino su carrera de pelotero con foja de 66 victorias y 31 derrotas, con 634 ponches propinados jugando para Coclé y Herrera. A esto se le suman tres títulos de mayor ponchador y la proeza de haber guillotinado a 8 bateadores en fila en dos ocasiones, la primera en 1982, contra Bocas del Toro y la segunda en 1986 frente a Colón.
El zurdo oriundo de Pesé, se inicia en el béisbol a la edad de 15 años jugando la primera base, posición que con el tiempo cambio por la de lanzador. �Yo me inspire en los partidos en que escuchaba lanzar a Manuel �Peluco� González y a Justiniano Cedeño�, señalo. De ahí en adelante comenzaría una carrera que duraría 19 años, en las cuales llegaría a formar parte de la selección nacional desde 1979 a 1994, año en que se retiro. En este lapso logro coronarse campeón nacional en 6 de las 8 ocasiones en que disputo título con la novena mayor de Herrera.
Crispín manifestó que la decisión de retirarse vino luego de pensar mucho, como andaban sus condiciones para seguir lanzando. �Yo pense que estaba bastante estropeado como lanzador y eso me motivo a retirarme�.
Según comentó el entrevistado, en su mente aún guarda cada uno de los clásicos de Azuero en los que le toco tirar, así como todas las marcas que impuso como los momentos mas emocionantes; sin dejar por fuera aquella gran joya de picheo que le lanzó a la poderosa escuadra cubana, cuando logro vencerlos 2 por 1, en el marco de unos Juegos Centroamericanos y del Caribe en 1982.
Motivado por el animo de seguir cooperando con el béisbol nacional y con tan solo un año de inactividad Poveda, toma el trabajo de enderezar los brazos del cuerpo de serpentinas de la novena mayor de Herrera en 1995. Al igual que su labor de lanzador, Poveda a combinado su nuevo rol de coach con sus dos provincias adoradas: Coclé y Herrera, a parte de ser en algunas ocasiones el coach de la selección nacional. �Quiero seguir dando mi granito de arena, enseñando lo poco que se a los lanzadores jóvenes �. |
