Eduardo Duhalde cumple hoy tres meses desde que el Congreso lo designó presidente de la Argentina, sin haber podido concretar buena parte de los optimistas anuncios que formuló al prestar juramento.
Me paso todo el día atajando tiros penales'', declaró recientemente a la prensa, ante el cúmulo de dificultades económicas, financieras y sociales que se descargan sobre su gobierno, en la peor crisis experimentada por la Argentina en su historia.
Pero aunque las complicaciones que debe enfrentar son formidables, Duhalde, un abogado de 60 años, parece estar defraudando a quienes esperaban de él otro desempeño por considerarlo un político hábil y experimentado.
En su larga carrera política, que lo consagró como indiscutido caudillo peronista de la provincia de Buenos Aires, Duhalde fue sucesivamente alcalde de su municipio, diputado nacional, vicepresidente de la nación, dos veces gobernador de su provincia y finalmente senador.
Duhalde ha provocado malestar por hacer afirmaciones que son a menudo desmentidas poco después por la realidad o por el propio presidente.
Se asegura que algunos asesores de imagen'' le han aconsejado mantenerse permanentemente en las primeras planas de los medios de difusión, aunque incurra en contradicciones. En los últimos dos meses el presidente se ha sometido a un reportaje por Radio Nacional tres veces por semana, en los que formula toda clase de anuncios y anticipos.
Muchos de esos anticipos, aseguran en medios gubernamentales, le quitan el sueño a ministros y asesores que deben luego salir a explicarlos e interpretarlos. |