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Hace unos días el diario Crítica tituló una información proveniente de la provincia chiricana para demostrar que allí se concentra realmente la etapa final del narcotráfico panameño.
Mientras las autoridades concentran su esfuerzo en la frontera, el territorio nacional es utilizado por la transnacional del crimen, usando como bastión, esta occidental provincia.
Hay que resaltar también que Chiriquí es el paso de armas ilegales que se esconden en bolsones en diferentes puntos de la geografía nacional, especialmente en La Chorrera y en la ciudad capital. Esto nos indica que los esfuerzos de las autoridades se concentran en perseguir el delito que tiene incidencia fuera de nuestras fronteras, pero no a lo interno.
Por esto, nuestra juventud se encuentra en todas las vertientes del crimen, que el consumo sea alto porque ninguna policía de ningún país con limitados recursos y con un sistema judicial con grandes debilidades puede dar los pasos necesarios para atemorizar a quienes se dedican a esta actividad destructiva como lo es el narcotráfico y delitos conexos.
Quienes pretenden, en nombre de una soberanía, desconocer qué ocurre en el mundo y mucho más lo que pasa en Panamá, ignoran que ya el problema no es de soberanía, sino el de convertir a nuestra juventud en autómatas esclavizados por la droga y de los delitos que de ella se derivan. |
