Muchas veces por responsabilidades de trabajo, los padres no conocen con quién pasan la mayor parte del tiempo sus hijos. Pero lo importante es que hablen, en el tiempo que puedan, de los amigos, pues éstos se convierten, en la mayoría de los casos, en sus confidentes.
Es cierto, desde la infancia siempre se necesita de un amigo para aprender a ser buen compañero. Aunque siempre se presenta un problema: nunca es fácil hacer buenos amigos.
Por ejemplo, el primer amigo de un bebé, casi nunca es otro bebé. A los tres meses de edad, cuando el bebé empieza a descubrir que el mundo no es solamente los brazos de su mamá, irá a buscar otras alternativas para comunicarse. Pero ellos en esa etapa de meses, siempre optan por los juguetes. Eso sí, en alguna etapa de la vida necesitarán comunicarse con otros parecidos a ellos, ya no todo girará entorno a sus padres o sus hermanos.
EL PRIMER AMIGO
El primer amiguito de tu hijo ocurrirá cuando tenga alrededor de los dos años de edad. Jugará en la guardería, en el parque, en el patio, con otros iguales, y en casa -probablemente- tenga un amigo imaginario. En ese caso, los padres no deben preocuparse. Es la forma que muchos niños tienen de satisfacer sus imaginaciones.
EL AMIGO IMAGINARIO
El amigo imaginario dará lugar a un amigo de verdad por vuelta de los 3 o 4 años de edad, cuando el niño ingrese a la escuela.
Será todo un mundo a descubrir y su independencia tendrá límites más duros.
Por lo general, a partir de los 5 ó 6 años, los niños no solamente compartirá juguetes con sus amigos, también compartirán experiencias, conocimientos, además de cariño y afecto. Podrá hacer amigos de verdad.
A los 7 ó 8 años, los niños aprenderán a cooperar, y a ayudar a los demás, incluso será más comprensivo.
A pesar de las altas y bajas que se puedan dar, las amistades hacen crecer en el interior. Para que una amistad se mantenga sana, es necesario que los padres intervengan siempre. Tómelo en cuenta.