Tan desastrosa ha sido la actual gestión alcaldicia de la ciudad capital en materia de recolección de basura, que ahora el propio Presidente de la República está considerando quitarle esta responsabilidad, y dársela a una nueva entidad que sí resuelva.
De todas las tareas que se esperan realice una administración municipal, la más crítica y a la que más atención que se le pone es la recolección de la basura. Mantener una ciudad limpia es un asunto no solo de ornato, sino de salud pública.
Ya sea sea encargándose de ello una dirección adscrita al municipio, o dándole la concesión a una empresa privada, lo menos que se le pide de un alcalde, es que resuelva recogiendo la basura.
En el caso del municipio de Panamá, el Alcalde Bosco Ricardo Vallarino se ha justificado con el hecho de que más del 90 por ciento de los clientes de la Dirección Metropolitana de Aseo (DIMAUD) están en mora en el pago de la tasa de aseo, además de que el gobierno central les debe 29 millones de dólares también en ese renglón.
Sin embargo, morosidades de esa magnitud no surgen de un día para otro, y tampoco ha demostrado efectividad como cobrador.
Ahora la ayuda le está llegando de todos lados: 3.1 millones de dólares para que el MINSA ataque el problema a corto plazo, y hasta los representantes opositores en el Consejo Municipal le votaron a favor la compra de 51 nuevos camiones recolectores. Si con todo esto no mejora la situación en las calles, entonces mejor que sí lo libremos de su responsabilidad. Es mejor pagarle el salario a un alcalde que no haga nada, a pagarle el salario a uno que solo haga trastadas y escándalos.