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MENSAJE
El dulce de leche
Carlos Rey
Colaborador
Se supone que sucedi� alrededor de 1829. El general Rosas hab�a citado al general Lavalle para que se encontraran en su campamento en Ca�uelas, Argentina. Lavalle lleg� estando Rosas ausente, y decidi� esperarlo recostado en el catre de Rosas. All� Lavalle se qued� dormido. La mulata que serv�a al general Rosas se perturb� a tal grado por ese acto que juzgaba irrespetuoso, que olvid� sobre el fuego la leche que le hab�a preparado al general. Por ese descuido, quedaron al rescoldo la leche y el az�car que herv�an para el mate de Rosas. Pero para deleite de todos, esa mezcla espesa de los dos ingredientes dio como resultado el dulce de leche. Lo incre�ble del caso es que Rosas y Lavalle hab�an sido amamantados por la misma nodriza, de modo que eran hermanos de leche. �Qui�n hubiera pensado que, aunque s�lo por unos momentos, tambi�n llegaran a ser "hermanos de dulce de leche?". Lo cierto es que, ir�nicamente, los dos generales argentinos fueron enemigos durante toda su vida pol�tica. Tanto Rosas como Lavalle dejaron una huella indeleble en el paisaje hist�rico de su patria; pero la huella federal de Rosas fue, por definici�n, muy diferente de la huella unitaria de Lavalle. A la postre, el caudillo federal venci� al unitario y lo sucedi� como gobernador de la provincia de Buenos Aires. De modo que esos "hermanos de leche" no llegaron a ser "hermanos de dulce de leche" sino "hermanos de leche agria". Porque as� como hirvieron la leche y el az�car para la mate, tambi�n hirvieron las pasiones contrarias de Rosas y Lavalle hasta consumirse, pues jam�s llegaron a reconciliarse. Tal vez se deba a lo desagradable que son estos casos en que no hay verdadera hermandad ni reconciliaci�n, que tengan tanto atractivo los casos contrarios. Uno de los m�s conocidos de la historia universal es el de Jacob y Esa�, los hijos gemelos de Isaac. Desde el seno de su madre Rebeca, los dos lucharon por la supremac�a en su familia. Un d�a Jacob, el segundo por escasos segundos de diferencia en el parto, aprovech� un momento de debilidad en su hermano Esa� y consigui� que �ste, bajo juramento, le vendiera sus derechos de primog�nito. Pero la gota que colm� el vaso de su rivalidad la derram� Jacob cuando enga�� a su padre Isaac y se llev� tambi�n la bendici�n que le correspond�a a Esa�. A partir de ese momento, Esa� guard� un profundo rencor hacia Jacob, y determin� que lo matar�a tan pronto como muriera su padre. No guard� un profundo rencor hacia Jacob, y determin� que lo matar�a tan pronto como muriera el padre. No obstante, a la postre lo perdon�. Cuando ya ten�an cerca de cien a�os de edad, esos dos "hermanos de leche agria" se reconciliaron y se volvieron "hermanos de dulce de leche". Tanto es as� que Jacob, que acababa de ver a Dios cara a cara, le dijo a Esa�: "�Ver tu rostro es como ver a Dios mismo!". M�s vale que, as� como Jacob, tambi�n nosotros nos reconciliemos con Dios y con nuestros semejantes, y �m�s vale tarde que nunca! Pero fue con "A fuego lento" cuando estall� la revoluci�n, ya que Rosana pidi� a los espectadores que bailaran y el p�blico lo hizo, pero con ella, que en un principio bajo a la platea a cantar con su gente y luego fue la gente la que subi� al escenario para bailar con ella "P'a calor", "El Talism�n" y "Sonr�e'', sin olvidar el descanso que se tomaron con "Si tu no est�s aqu�". Pedro Guerra, que salt� a la fama ya con su primer �lbum "Golosinas", al que sigui� "Tan cerca de m�", present� su nuevo trabajo "Ra�z", un disco con el que recupera toda la esencia de sus islas y "demuestra que Canarias es un compendio de culturas y un cruce entre Am�rica, Europa y Africa".
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