El Indice de Confianza del Consumidor, realizado por la firma The Marketing Group para la Cámara de Comercio revela algo preocupante: el 72 por ciento de los panameños tiene temor de ser víctima de la delincuencia; el 86 por ciento percibe que la inseguridad aumentó y 84 por ciento estima que la delincuencia "es más violenta".
Sin duda que el problema de la inseguridad y la crisis económica global que ya golpea a Panamá, serán los principales retos del gobierno entrante.
En esencia esos resultados revelan que los panameños tienen miedo, en cualquier esquina matan a un cristiano.
Hay muchas expectativas en la nueva dirección de la Policía Nacional. El nuevo jefe viene que muchos laureles de especialista en antiterrorismo, pero debe tener claro que en Panamá, el problema fundamental es delincuencia común y violencia generada por las bandas del narcotráfico.
No podemos llamarnos a engaño, se requiere una acción coordinada de la Fuerza Pública, Procuraduría y sus Fiscales, jueces y magistrados, para desarrollar una acción extraordinaria con metas a corto, mediano y largo plazo.
Que se desarrollen jornadas extraordinarias para acabar con la morosidad en la instrucción sumarial y audiencias, para que los que delinquen sepan que cuando cometan un delito, en corto tiempo serán sentados en el banquillo de los acusados y sancionados ejemplarmente.
Así también debe hacerse algo con esa enorme población penal que se la pasa holgazaneando en prisiones. Estos infractores deben desarrollar labores productivas y no convertirse en una carga para la sociedad que debe cubrirle diariamente los tres golpes alimenticios, sin nada a cambio.