Jonathan Manuel Rodríguez García fue nuevamente el centro de la atención.
Pero esta vez no por sus habilidades como futbolista dentro de la cancha, sino por el triste hecho que acabó con su vida.
Ataviado con el suéter rojo de la Selección Nacional de Futbol de Panamá, además de un crucifijo, reposaban dentro de un féretro gris sus restos.
Dentro de la Iglesia San Judas Tadeo, en Juan Díaz, decenas de personas, en su mayoría jóvenes, vestían suéteres color naranja, el de su último equipo, el 'Chepo Futbol Club', y otros con el rostro del fallecido y el número 10 en la espalda.
Entre los presentes no sólo estaban los miembros de ese equipo, sino también destacadas figuras de la Selección Mayor como el arquero José Calderón.
La tristeza era notable en sus padres, Elvia y Johny, y en la hermana Astrid.
El sermón del sacerdote se centró en hacer un llamado a la juventud para que busque a Dios y lleve una vida sana dedicada a los estudios, el deporte y la familia.
Ese llamado fue secundado por dirigentes deportivos y allegados a la víctima, quienes dieron un grito desesperado de alto a la violencia.
El volante del Sporting F.C, Armando Polo, amigo personal de Jonathan Rodríguez, recordó que ambos se conocían desde pequeños y jugaron juntos en el 'Chepo FC', antes de que fuera transferido a otro equipo.
Al momento de la despedida en el Cementerio Municipal de Juan Díaz, los globos blancos y una cerrada ovación de los presentes, fueron el mejor tributo para despedir los restos mortales de Jonathan, con la seguridad que desde el pasado domingo en que falleció pasó a formar parte de la selección celestial.