Luis Henríquez es el mayor de tres hermanos, nacido en la ciudad capital, creció en el barrio de San Joaquín, Pedregal, en un hogar donde como el manifiesta reinó el amor familiar.
Desde pequeño se interesó por el fútbol, fue por ello que ingreso a las filas del independiente San Joaquín, allí dio sus primeros pasos como futbolista. A la edad de 17 años debuta en la primera división de ANAPROF con el Sporting de San Miguelito (ahora Sportig Coclé), donde rápidamente puso de manifiesto su talento, velocidad y gol.
UN COMIENZO DIFICIL
Su llegada a la selección tardaría años, ya que como el mismo manifiesta, se le brindaron muy pocas oportunidades.
A pesar de ello nunca se dio por vencido. Hoy ese esfuerzo recibe su recompensa. "Gracias a Dios estoy en la selección nacional, algo que siempre anhelé desde niño y pienso que se hizo mi sueño realidad.
El jugador recuerda que siempre estuvo en las selecciones de Gary Stempel peleando por un cupo.
"Yo veía que el profesor Gary Stempel no me tomaba en cuenta al comienzo... después de tanto insistir fui convocado para la Sub-23", acotó.
"La clave del éxito ha sido trabajar fuerte y nunca rendirse, por eso estoy aquí", señala.
SUS INICIOS
El jugador recuerda cuando desde niño pateaba balones en las canchas de San Joaquín.
"Desde pequeño jugaba en las calles y luego con el equipo de mi barrio Independiente San Joaquín jugué en la Liga Distritorial de Panamá en la Sub-19, donde me descubrió el Sporting", comenta.
Su debut fue a la edad de 17 años con el Sporting, donde destacó, lo que luego de vali� para ser contratado por el Arabe Unido.
El jugador manifiesta que sus padres (Nedelka y Joaquín), siempre lo apoyaron en la idea de ser futbolista. "Mi padre admiraba a Maradona y quería que jugará fútbol", agrega.
El lateral se define como un hombre de familia que luego de los entrenamientos comparte el tiempo con sus hijas y se esposa.
Henríquez es un ejemplo de que con constancia, trabajo y perseverancia se llega al éxito.