Sábado 11 de julio de 1998

 








 

 

EDITORIAL
Drama infantil en Arraiján


L
as carencias materiales profundas que afectan a innumerables hogares panameños provoca eventos de dolorosas consecuencias; dramas de gran injusticia social, como el ocurrido en un empobrecido asentamiento provisional en Arraiján, donde cuatro niños sufrieron quemaduras de cuarto grado que los mantienen al borde de la muerte.

La pobreza del hogar; la depauperación en que se debate la humilde madre soltera hizo que dejara sin vigilancia a los pequeños, cuando encaminó a la escuela al hijo que asiste a kinder, produciéndose el incendio, cuyas causas no se precisan oficialmente; presumiblemente originado por jugar con fósforos y alcohol, como señala un alto funcionario de Protección Civil.

El drama familiar se agrava cuando un jurista dedicado al derecho de familia voces que la madre puede ser castigada con un año de prisión, en virtud de determinada norma vigente; aberración que causa prepulsas y rechazo en el seno popular.

La ausencia de mecanismos sociales de solidaridad y protección familiar que permitan asistir casos familiares, como el descrito, muestra la fragilidad de las proclamas y el engaño de normativas líricas, divorciadas de la realidad de profundo deterioro que soporta Panamá, donde más de la mitad de los niños nacen de padres sin vínculos legales establecidos; donde más del veintidos por ciento de estos, carecen de padre conocido, y son hijos de madres solteras, menores de edad; sin recursos ni trabajo.

La magnitud de la tragedia de Arraiján concita la necesidad de ayudas, de apoyos financieros y materiales, que permitan trasladar los niños quemados a Galveston, Texas, donde existe un hospital con especialización en estos casos.

El aporte presidencial permitirá arrendar el avión-ambulancia para realizar el traslado; contribución plausible que merece adicionales aportes, de otras entidades y organizaciones con afanes sociales y humanitarios.

La condición médica de los menores es de reserva; los criterios adelantados por los médicos panameños muestran la gravedad de las lesiones que pudieran llevar a la amputación de extremidades en algunos de ellos; sin embargo, los esfuerzos son constantes dirigidos a estabilizar la condición de salud de los afectados.

La tragedia de Arraiján debe servir de advertencia para que los funcionarios municipales y nacionales, sitos en esa localidad, adelanten programas de protección infantil, con jardines de infancia y madres ayudantes, con los cuales facilitar a las madres trabajadoras las atenciones a sus menores durante los tiempos de ausencia en labores.

Las previsiones presupuestarias de los organismos de protección civil deben contener asignaciones suficientes para enfrentar urgencias como la ocurrida en este evento, que impone trasladar a los lesionados; situación solventada hoy por la acción de la Primera Dama de la República.

 

 

 


 

AYER GRAFICO
Luis Manuel Martínez, polémico periodista, fue golpeado por la Cruzada Civilista.


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, desvalijo centros escolares.


OPINIONES



 

 

PORTADA | NACIONALES | PROVINCIAS | DEPORTES | LATINOAMERICA | COMUNIDAD | REPORTAJES | VARIEDADES | CRONICA ROJA | EDICIONES ANTERIORES


   Copyright 1996-1998, Derechos Reservados EPASA, Editora Panamá América, S.A.