Las personalidades del perredista Ernesto Pérez Balladares y del opositor Ricardo Martinelli se repelen y hasta se repelan. Primero, el dirigente de Cambio Democrático dijo que el tiempo del "Toro" ya había pasado, pero éste le respondió para tildarlo de demagogo, mentiroso y fracasado.
"Es un malagradecido, ya que participó de mi gobierno y del de Mireya Moscoso, pero una vez salió de ellos, empezó a lanzar sus críticas, lo que demuestra su ingratitud", destacó Pérez Balladares en el noticiero matutino de Canal 13.
"El Toro" consideró la gestión de Martinelli en su gobierno como un fracaso, ya que éste quiso administrar la Caja de Seguro Social como si fuera un "Súper 99", y manejó todo con una burocracia, lo cual puso en peligro el futuro de esta institución.
Además, lo acusó de llenar el Ministerio para Asuntos del Canal en el gobierno de Mireya Moscoso, con figuras que manejaba a su criterio y que respondían a sus intereses personales.
Pérez Balladares recordó que Martinelli tuvo que renunciar de la CSS porque su posición como director era insostenible.
En defensa de Ricardo Martinelli, el dirigente de CD, Roberto Henríquez, atribuyó los ataques de Pérez Balladares y de otros a la preocupación que tienen por la aceptación de Martinelli ante el electorado.
"Lo que le duele a estos políticos es que Martinelli tiene un año encabezando las encuestas, y además les preocupa que Martinelli sí va investigar las irregularidades de las pasadas administraciones y va a exigir responsabilidades".
Henríquez mencionó que le han dicho de todo a Martinelli, pero nadie ha podido acusarlo de corrupto ni incapaz, como es la mayoría de sus atacantes.
Ha sabido convertirse en un exitoso creador de empleos en el difícil ramo del sector privado, mientras que los que lo atacan sólo han sabido vivir del erario público, aseguró el opositor.
"Nadie le tira piedras a un árbol caído", expresó Henríquez al tiempo que recomendaba que en vez de estar hablando "babosadas", sus atacantes deberían rendirle cuenta al pueblo panameño por los millones que malgastaron en las partidas discrecionales y en negociados que hasta hoy no han sabido explicar.