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MENSAJE
Todo lo que el hombre tiene dar� por su vida
Hermano Pablo
Cr�tica en L�nea
El padre alz� en sus brazos a su peque�a hijita de ocho d�as de nacida. Apenas abr�a los ojitos a un mundo hostil, �spero y ajeno. El hombre tom� a la peque�a, la envolvi� en pa�ales y, mientras la madre lloraba, sali� a la calle con la criatura. Con su hija en brazos, Tajuddin Ali, de Dacca, Bangladesh, se fue al mercado, y all� realiz� el trueque. Cambi� a su hijita por un saco de arroz. �Cualquier cosa har�a -dijo Tajuddin- antes de morirme de hambre.� Si hay algo cruel en este mundo, es el hambre. El hambre es un mal universal. Lo cierto es que en este planeta hay m�s gente con hambre que ah�ta de comida. Y cuando el hambre acosa, y un hombre ve a su mujer y a sus hijos morir por falta de comida, hace cualquier cosa por conseguirla. El hombre de Bangladesh, con toda su familia, hab�a soportado el hambre ya seis a�os, tantos como los que ten�a de casado. Ante la mordedura terrible, no encontr� m�s soluci�n que cambiar a la �ltima de sus hijitas por un saco de arroz, comida para seis d�as a lo sumo. En el libro b�blico de Job se registran unas palabras pronunciadas por Satan�s, que aunque proceden del padre de la mentira, son verdaderas: �Con tal de salvar la vida, el hombre da todo lo que tiene� (Job 2:4). Y Fedor Dostoievski, el gran escritor ruso, dice que el hombre puede ser reducido a la m�s absoluta miseria, y as� y todo se aferrar� a la vida. El hecho de que existen en el mundo personas que en esta noche se acostar�n con hambre debe darnos verg�enza. Todos somos miembros de una misma familia, y el que no siente el dolor del hambriento debe preguntarse si merece �l mismo la vida que tiene. �Estamos nosotros involucrados en alguna entidad ben�fica? �Y qu� del hambre espiritual? Una persona puede poseer todos los bienes de esta tierra, sin faltarle nada de los menesteres de la vida, y sin embargo estar muri�ndose espiritualmente. Para esa persona en particular, Jesucristo es el Pan de vida. Cristo quiere llenar ese vac�o del alma. �l quiere ser nuestro apoyo. �l quiere darnos su paz. �l quiere traernos esperanza viva. Permit�mosle entrar en nuestro coraz�n. Cuando Jes�s se hace due�o de nuestra vida, una profunda satisfacci�n espiritual llena nuestro ser. Aceptemos su amor. �l nos ofrece, gratuitamente, la vida eterna.
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