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REFLEXIONES
�Buenos d�as!
Raymundo A. Moore W.
Cr�tica en L�nea
El hombre paname�o (g�nero no sexo), ese de la capital, sufre de un mal incurable, el cual lo distingue, muy marcadamente, de aqu�llos del "otro lado del puente". Esa enfermedad (sin ser yo m�dico), la he identificado, aislado y dado el nombre de "S�ndrome de la Incultura", mal este que se ha propagado -aunque usted no lo crea- a casi todas las esferas o capas sociales, con sus l�gicas y muy valiosas excepciones. Usted sale de su casa por la ma�ana (muy temprano para coger uno de los primeros buses, porque si no llega tarde)... Su estado de �nimo est� de primera (es su temperamento y su formaci�n), por lo que con toda naturalidad usted regala un "buenos d�as" para saludar a ese con quien se acaba de topar... pero, �qu� creen ustedes amables lectores, que ocurre? �No hay contestaci�n...! solo una silenciosa mirada que le dice que tiene que comerse su saludo. Aborda el bus, y, buscando y buscando en la oscuridad reinante, por fin encuentra un cupo al lado de otro pasajero a quien usted saluda con el mismo "buenos d�as" anterior, s�lo para escuchar de su compa�ero (o compa�era) de viaje, algo parecido al graznido de un puerco harto de yuca. Se baja del bus, camina por la acera que lo lleva a su destino, en cuyo recorrido, todav�a no encuentra un alma que le haya querido devolver esos "buenos d�as" que usted, con mucha amabilidad, respeto y solidaridad humana, estuvo siempre, hasta entonces, dispuesto a regalar. Frente a esta penosa situaci�n de incultura colectiva, yo quiero hoy, a trav�s de este medio, decirle a usted, amable lector, �Buenos d�as!... de repente no para que me responda - porque tal vez no sea ese su deseo -sino para que se d� cuenta que son tan s�lo dos personas que contienen, o conllevan, el perfecto ant�doto ps�quico-emocional para ese mal que algunos de ustedes padece, y cuyos s�ntomas son (pudieran ser), 1) - haber pasado una mala noche de insomnio: 2) - una "pelea" no deseada con alg�n familiar antes de salir de casa; 3) - la poca - o tal vez ninguna- formaci�n (que no educaci�n) que haya recibido; 4) - o simplemente la "cabriaz�n" que sienten por esa vida sin sentido que llevan, donde les da igual que lo saluden, como que no lo hagan. De modo que, ac�ptelo o no, all� les va mis �Buenos d�as! para ustedes, mis vecinos y vecinas; para el conductor de este bus y sus pasajeros; para el taxista y el polic�a; para los educadores, los m�dicos y enfermeras... auxiliares y resto del personal hospitalario, pero especialmente para los pacientes que est�n cuidando. �Buenos d�as! tambi�n para el panadero, el locutor y el periodista; para la secretaria, el carpintero y el resto de los obreros de la construcci�n. Igualmente saludo con este �Buenos d�as! a la gente de la DIMA a quienes les digo que insistan en su lucha hasta conseguir esas mejores condiciones generales de trabajo que se merecen, tanto en equipo como en salario. Y por supuesto, tambi�n doy los buenos d�as a todos mis hermanos y hermanas, donde se encuentren, igual que a los miembros de mi familia, esposa, hijos y yernos, sin olvidarme de los olvidados hombres del campo, para quienes un "buenos d�as" es mucho m�s importante que el "pincho" que algunas veces se ven obligados a comer. En fin, hoy quiero darle los �Buenos d�as! a todo Panam�, y aunque algunos de nosotros no valemos el esfuerzo que se hace para merecer ese saludo, jam�s debemos olvidar que todos somos hijos de Dios, iguales ante sus ojos, y que El, s�lo y �nicamente El, tiene el poder para perdonar las fallas humanas que cometemos. �Au Revoir!
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