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Carteles con la imagen de cinco cubanos que se encuentran encarcelados en Miami bajo cargos de espionaje, fueron colocados en los edificos más altos frente al Malecón.  |
Una febril actividad se desarrolla ayer en el Malecón habanero, donde enormes grúas colocan carteles de propaganda contra la política estadounidense hacia Cuba, en vísperas de "la más gigantesca marcha" convocada por el régimen de Fidel Castro para conmemorar el "Día de la Rebeldía".
El gobierno anunció que movilizará a 1,2 millones de personas para desfilar ante la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, en protesta por "el bloqueo genocida" norteamericano y conmemorando el aniversario del frustrado ataque al cuartel Moncada, en 1953, que marcó el comienzo de la revolución socialista.
En contraposición con el ajetreo que se observa en la zona que abarcará la manifestación, un área de unos seis km cuadrados, el resto de la ciudad permanecía en absoluta calma debido al feriado laboral que se extiende hasta el domingo próximo.
Los periódicos oficiales Granma y Juventud Rebelde dedicaron sus ediciones a informar a la población sobre el lugar de concentración que les corresponde según su lugar de residencia para integrarse a la movilización, que se enmarca en lo que Castro ha denominado "una batalla de ideas" contra Estados Unidos.
"26 en combate", titula Granma, órgano oficial del Partido Comunista Cubano, para agregar que los habaneros "enviaremos un claro e inconfundible mensaje sereno, pero digno y enérgico, a los que emplean un lenguaje imperial, soberbio, arrogante, amenazador, de acento y estilo hitlerianos".
Un absoluto silencio oficial es hasta el momento la respuesta cubana al llamamiento que realizó el martes el Departamento de Estado norteamericano, exhortando a la población de La Habana "a quedarse en casa" y "reflexionar sobre quién es verdaderamente responsable de los problemas en Cuba".
"Antes de que perder el tiempo en una manifestación orquestada, espero que tengan la oportunidad de pensar libremente sobre lo que desean hacer con su tiempo y lo que realmente importa" a Cuba, dijo desde Washington Phil Reeker, portavoz del departamento.
Pero haciendo oídos sordos a la solicitud estadounidense, todo la capacidad organizativa del gobierno fue puesta en marcha para esta movilización de masas, activando desde los centros barriales agrupados en los llamados Comités de Defensa de la Revolución hasta los sindicatos de trabajadores. |
