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Simeón Sánchez, un campesino de 33 años, observa desolado cómo dejó la sequía las plantas de maíz de su cultivo de subsistencia con las que esperaba alimentar a su familia. "Esto es tristeza, mire como están las milpitas (maizales), acabadas, ya no sirven para nada", dijo a Reuters Sánchez, mientras caminaba en medio de su fracasado cultivo en unas colinas de este caluroso poblado.
Las 1,38 hectáreas de maíz cultivadas por Sánchez, con las que planeaba obtener 3.200 libras del grano para alimentar a su mujer y a sus dos hijos de cuatro y cinco años, se perdieron por la sequía que afecta al menos a 11 de los 18 departamentos en que está dividida Honduras.
"Nosotros (él y su esposa) solo hacemos dos tiempos de comida. No comemos a medio día para que los niños puedan comer. Comemos una tortilla y un poquito de frijoles en la mañana y en la tarde", dijo el hombre, quien se protegía con un sombrero del abrazador sol de esta región, una de las más deprimidas y áridas de esta nación centroamericana.
Honduras es la nación más afectada por una sequía que azota Centroamérica, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas, que asegura que unos 321.000 pequeños productores hondureños, en su mayoría de subsistencia, han sido afectados por la pérdida de cosechas.
"La situación creada por la sequía realmente es crítica en Honduras. Hay mucha gente que está medio comiendo porque perdieron las milpas y no tienen dinero para comprar granos", dijo a Reuters el viceministro de Agricultura y Ganadería, Miguel Bonilla.
Cruz de Linaca es parte del sureño departamento de Choluteca, donde la sequía arruinó el 92 por ciento de los llamados cultivos de primera, según las autoridades.
En las márgenes de los ruinosos caminos de los poblados de Choluteca se observa cultivos secos o con crecimiento insuficiente de maíz, frijoles y maicillos, junto a pequeñas y precarias viviendas construidas de lodo y ramas que habitan los campesinos.
El PMA estima que un millón de personas están afectadas por la sequía en América Central y que la situación de inseguridad alimentaria se agravará en agosto y septiembre, cuando se esperaba la cosecha.
En Honduras la sequía destruyó dos millones de quintales de granos en un área de 68.000 hectáreas en sólo ocho departamentos. Pero la cifra aumentará sustancialmente debido a que hay daños en los cultivos de otros departamentos, dijo Bonilla. |
