Para estos días se habla de crisis en el Ministerio Público y en la Policía Técnica Judicial (PTJ). La Procuradora de la Nación salió presurosa a desmentir que exista tal situación, pero no es con palabras con lo que se puede desmentir los cuestionamientos que ya se hacen por doquier.
Hay que pasar de los discursos a las acciones. Por ejemplo, cómo es posible que la PTJ se encuentre sin subdirector desde hace 16 meses. Además para nadie es un secreto, que cuando un jefe de la PTJ no pertenece al gobierno de turno, las cosas no se le facilitan, sino que más bien se le complican.
Además es evidente la falta de mística en gran parte del personal, salvo algunas unidades que ponen el mejor empeño en sus labores. También se requiere una supervisión constante para evitar que la delincuencia penetre a la institución o que los mafiosos del patio tengan en su nómina a los hombres que deberían investigar sus actividades.
Al mismo tiempo están los Fiscales que no se preparan adecuadamente para las audiencias y luego cuando llegan los juicios, los acusados son absueltos por los jurados de conciencia.
Si se reemplazan a Fiscales lo correcto es sustituirlos por figuras que puedan hacer un mejor papel que los anteriores y no por funcionarios con menor capacidad que sus antecesores.
Ahora vendrán las consabidas excusas de la falta de presupuesto y de personal, lo cual en alguna medida es cierto, pero muchas la diferencia la hacen los hombres y mujeres que dan su mejor empeño por su institución.
�Crisis o no?. La respuesta es según el cristal con que se mire, pero lo cierto es que la PTJ y el Ministerio Público actualmente no navegan por un mar de leche.