Los placeres de la vida son muchos, pero uno de los más agradables es el comer. A nuestros niños los consentimos en todo lo que nos piden a la hora de alimentarse, pero podemos estar poniéndolos a un paso de sufrir de cáncer.
El tratar de que los alimentos estén bien cocidos puede causar que las moléculas se transformen en peligrosos agente contra la salud.
Para el Dr. Omar Moreno, especialista en Medicina Naturopática, "El cocinar a altas temperaturas crea compuestos degenerativos en los alimentos que aumenta la posibilidad de padecer de cáncer".
CUIDADO CON LO QUE HACES
Uno de los componentes que aumenta la posibilidad de cáncer en las personas es la acrilamida que se encuentra en los productos fritos a alta temperatura, dorados durante el horneado o durante la cocción excesiva en microondas.
Este compuesto se forma por la reacción del aminoácido asparigina y los azúcares reductores (fructosa, glucosa, etc) o los carbonilos reactivos, al contacto con altas temperaturas, es convertida en el organismo a una sustancia químicamente reactiva y genotóxica llamada glicidamida, la cual juega un papel importante en la formación de cáncer.
La asparaginasa es una enzima natural que se añade a los panes y las papas para reducir la formación de acrilamida durante su horneado o freído.
Este compuesto se puede encontrar en las aceitunas y en el jugo de ciruelas pasas, pero ya han pasado por otros procesos que disminuye su riesgo, ya que este químico no se forma en los alimentos al hervirlo y muy pocos alimentos crudos la contienen.