ABRACADABRA
"De abucheos y otros demonios"
"el torodictador pasar� a la historia como un gobernante extraordinario"
Carlos Guevara Mann
Colaborador
Y m�s pena habr� sentido Ud. al colegir que al se�or de los potreros le sali� el tiro por la culata. Porque, con el fin de evitar manifestaci�n alguna de rechazo popular, nuestro soberano torodictador hab�a lucubrado una cuidadosa estrategia. Orden� que lo recibiera una calle de honor bomberil, que a la luz de f�lgidas antorchas ilumin� su paso imperial. Dispuso inaugurar el estadio en un recinto cerrado, inaccesible al pueblo. Cortada la cinta inaugural, se traslad�, cual ol�mpica deidad, a las alturas del palco presidencial, donde los hedores del populacho no contaminaran sus bovinas narices. Hasta all�, sin embargo, llegaron los ensordecedores abucheos del pueblo ingrato y los v�tores a la presidenta ausente. Cu�nta decepci�n no habr� sentido el amo del hato, por la ingratitud de la multitud que lo desprecia, y aclama a una viuda insignificante que, al contrario de �l, nada ha hecho por el pa�s. Afortunadamente, a alguno de sus esbirros se le ocurri� darles unos cuantos pesos (de la partida presidencial) a un par de moradores de Mocambo Abajo, para que despidieran al saliente con muestras de agradecimiento por una magna obra que su gobierno no construy�. Aquel "espont�neo" gesto de los mocambenses dulcific� el �nimo, naturalmente generoso y sencillo, de nuestro propio y magn�fico Solim�n. Es que don Neco el Ostentoso es realmente un hombre t�mido. El mismo nos lo confes�, hace un par de d�as: es todo un interiorano, pr�cticamente un manito ocue�o. Y como buen interiorano es humilde, caballeroso y dadivoso. Los lujos que se da, como la nutrida escolta que nos lo custodia, el "chef" y mesero personal que lo atienden en todo momento y lugar, los incontables viajes que realiza y costosos hoteles en que se hospeda, son sacrificios a los que se somete para apuntalar la dignidad del cargo presidencial, como lo coment� el editorial de El Panam� Am�rica, el mi�rcoles 28 de julio. Tal como lo atestigua el trato respetuoso que ha dado a su sucesora, la caballerosidad es otra de sus manifiestas virtudes. Para facilitarle a Mireya Moscoso el ascenso al poder ha tomado, en contubernio con sus amanuenses de la Asamblea y sus lacayos de la Corte, una serie de providencias que le permitir�n a la presidenta electa aplicar su plan de gobierno con gran fluidez. Con el fin de ayudarla a desplazarse al exterior ha ordenado reparar el avi�n presidencial. (Por si las dudas, ojal� que, antes de usarlo, do�a Mireya haga revisar cuidadosamente el artefacto, por t�cnicos de su confianza.) Quiso dejarle, adem�s, un helipuerto en Boquete. Lamentablemente, el due�o de la propiedad donde estaba localizada la pista la mand� a demoler, compelido quiz�s por el chupacabras, quien con sus gemidos infernales a veces interrumpe el sosiego de las noches boquete�as. La generosidad del torodictador es igual a la de Nuestro Se�or Jesucristo, como lo advirti�, hace poco m�s de un a�o, el sobresaliente te�logo y moralista Gerardo Sol�s (por gracia imperial hoy fiscal electoral). Es harto munificente con los periodistas que se portan bien, a los que obsequia gruesas sumas del fondo secreto de la presidencia. Y para que los que se portan mal recobren el buen camino, frecuentemente los amordaza, correctivo no s�lo bien intencionado sino leniente en comparaci�n con las palizas y torturas que aplicaban sus gorilescos mentores: Torrijos, Paredes y Noriega. Indubitablemente, el torodictador pasar� a la historia como un gobernante extraordinario. De eso, puede tener plena seguridad, nos encargaremos quienes daremos testimonio de su feneciente gesti�n.
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