En el primer semestre, la economía panameña mantuvo un déficit de casi cero por ciento. La cifra se ubica en 9.4 millones de dólares, Los ingresos del Gobierno Central de enero a junio fue de 2,001.1 millones de dólares y los gastos por 2,010.5 millones de dólares.
En comparación con el año 2007, los ingresos del Gobierno Central se incrementaron en 460.9 millones de dólares. Para similar período del año pasado, el déficit alcanzó la suma de 152.4 millones de dólares.
En el llamado sector público no financiero en el primer semestre del 2008, hubo un superávit de 196 millones de dólares.
Todo indica que esos ingresos extraordinarios han servido para justificar la entrega de bonos y algunos ajustes salariales por parte del Ejecutivo.
Las estadísticas revelan además que el sector de la construcción creció un 54.5 por ciento con proyectos con inversiones estimadas en 830 millones de dólares.
Sin embargo, sucede algo extraño. Toda esa bonanza parece que no llega a la mayoría de los panameños, que sienten que su economía hogareña es cada día más difícil, al punto que las centrales obreras reclaman un aumento general de salarios.
La inflación de dos dígitos que ya experimenta Panamá parece pesar más que el crecimiento del Producto Interno Bruto que tanto pregonan los tecnócratas del gobierno.
En realidad la razón es sencilla. A Los panameños que sufren hoy las carencias diaria, les importa un comino las reglas de la macroeconomía y que lo entienden es que a ellos cada día se les hace más difícil vivir.