Siete países del Centro y Este de Europa sufren las consecuencias de unas inundaciones que ya se comparan con las catastróficas de hace seis años mientras en la Península Ibérica se queman miles de hectáreas en medio de un verano tórrido.
Los desastres naturales están trazando este mes de agosto una línea divisoria a la altura de los Pirineos entre un suroeste quemado por el sol y los incendios -con una sequía que favorece a éstos- y el centro del continente, donde las lluvias torrenciales han desbordado numerosos ríos de Alemania, Austria, Suiza, Rumanía, Bulgaria, Eslovenia y Moldavia.
FUEGO Y AGUA
Los incendios de España y Portugal han causado ya la muerte de 33 personas y el territorio luso cuenta en 180.000 las hectáreas de bosque víctimas del fuego, mientras el Gobierno de Lisboa acude a la ayuda de otros países de la Unión Europea para sofocarlos, por falta de medios suficientes.
Hoy continuaban activos en la Península Ibérica al menos 16 incendios, entre ellos el que desde el domingo pasado se aproxima a la tercera ciudad portuguesa, Coimbra, en cuyos alrededores hubo que evacuar a decenas de habitantes.
Al menos 28 personas murieron en Rumanía y otras 8 fallecieron en Austria y Suiza como consecuencia de la devastación provocada por las aguas desde que comenzó el verano en Europa.