La polarización provocada en Suramérica por el acuerdo militar entre Colombia y EE.UU. quedó ayer en evidencia en la Cumbre de Unasur, escenario de duros debates que terminaron con un acuerdo de mínimos para preservar la estabilidad y diseñar una estrategia futura de confianza mutua.
La Cumbre concluyó con la aprobación de un documento en el que la organización instruye al Consejo de Defensa para diseñar medidas de fomento de la confianza, la seguridad y las garantías en una reunión que tendrá lugar el próximo septiembre.
Asimismo, el texto reafirma que "la presencia de fuerzas militares extranjeras no puede, con sus medios y recursos vinculados a objetivos propios, amenazar la soberanía e integridad de cualquier nación suramericana y en consecuencia la paz y seguridad en la región".