Un sacerdote hizo anteayer una especie de milagro. Su visita a una residencia en la barriada Dos Ríos en Tocumen, evitó que un niño fuera aplastado por un árbol, que los fuertes vientos derribaron.
El hecho se registró a las 4.00 p.m. del martes en la casa H-1, donde viven los esposos Irma de Hernández y Jorge Hernández. |