Panamá, considerada como "Paraíso fitoosanitario" por la evidente ausencia de enfermedades bovinas, no está exenta de ellas.
Aunque no es el caso de esta entrega, en la que intentaremos darles a conocer la diferencia entre dos males que afectan gravemente el normal desarrollo de la ganadería de cualquier país.
Las alarmantes noticias relacionadas con brotes de fiebre aftosa (en el 2001) y encefalopatía espongiforme bovina (vacas locas), en el Reino Unido y otros países, han generado algunas confusiones entre estas enfermedades, cuya similitud consiste sólo en el impacto económico que sufre el sector agropecuario de los países a donde llegan, porque sus mercados internacionales de productos y subproductos animales son cerrados.
FIEBRE AFTOSA
Causada por un virus muy pequeño que se aprovecha de las cédulas del animal afectado para multiplicarse.
El virus de la fiebre aftosa se localiza en las mucosas de la boca, nariz, espacio interdigital de las pezuñas y en los pezones de la ubre.
Los síntomas más evidentes en los animales afectados son cojeras y salivación excesiva (babeo), por la presencia de vesículas y llagas en patas y boca. Además, una baja en la producción de leche.
Los animales de pezuña hendida, silvestres y domésticos como los bovinos, cerdos, venados y otros son los afectados.
Cuando el virus llega a una finca todos los animales se enferman, presentando los primeros síntomas de 12 horas a 14 días después, luego mueren algunos jóvenes.
VACAS LOCAS
Es una molécula proteica pequeña (prion), que se une a las proteínas normales del animal y las cambia de forma, volviéndolas malignas.
La molécula proteica llamada prion se localiza en el cerebro, cerebelo, médula espinal, ganglios linfáticos, ojos, incluso en las primeras porciones del intestino.
El primer y más evidente síntoma que presenta un animal afectado, es el cambio brusco de temperamento, es decir se torna agresivo, con movimientos no coordinados y bruscos.
Aunque existen en otros animales enfermedades muy parecidas a la de las vacas locas, ésta sólo afecta al bovino.
Los animales que consumen el prion en sus alimentos pueden desarrollar la enfermedad hasta siete años después y mueren.
Panamá es un país privilegiado por no tener ninguna de estas enfermedades en nuestra ganadería, pero de todos depende el mantenernos así.
Por ello, si su ganado presenta alguno de los síntomas aquí descritos no deje de contactar a agentes MIDA, COPEG o al médico veterinario más cercano, que en estos casos son sus mejores aliados, y ayude a que Panamá siga siendo un paraíso fitoosanitario.