El 3 de octubre de 1989 Panamá un grupo de militares se alzaron en contra del régimen de Manuel Antonio Noriega. El intento quedó en lo que se conoce hoy día como la "Masacre de Albrook". Tras el fracaso de la asonada fueron asesinados los que se atrevieron a desafiar al "hombre fuerte".
El país enfrentaba una de las peores crisis de su historia. Washington mantenía congelados los fondos panameños depositados en bancos norteamericanos y la Comisión del Canal no entregaba sus aportes al régimen militar.
Todo ese cúmulo de situaciones dio margen a la conspiración contra la cúpula castrense. Sin embargo, el movimiento fracasó por la falta de un apoyo convenido con el Comando Sur. Al final, los golpistas se rindieron y la mayoría pagaron con su vida.
Hace poco el exjefe del Ejército Sur, Marc Cisneros alegó que los alzados se negaron a entregarle a Noriega. El plan del general norteamericano era retener al jefe de las Fuerzas de Defensa en el Fuerte de Sherman por algún tiempo y anunciar que éste había huido del país.
Este aniversario de la "Masacre de Albrook" tiene este año una variante. Manuel Antonio Noriega ha cumplido la pena que le impuso la justicia norteamericana por los cargos de narcotráfico. Estados Unidos pretende extraditar al exgeneral a Francia, en vez de Panamá, donde tiene condenas pendientes por más de 60 años.
Hace 18 años se registró uno de los episodios más tristes de la historia pananmeña. Los militares que se atrevieron a darle un alto a la dictadura fueron llevados encapuchados a un hangar de Albrook, donde fueron fusilados. Fue una matanza sin precedentes.