Hay partidos de fútbol que no deberían terminar, que deberían extenderse más allá de los 90 minutos que estipula el reglamento. Hay partidos que honran el deporte y la profesión del futbolista.
Ayer, en el Mini Rommel, se vivió un partido con estas características. Tauro y Sporting San Miguelito igualaron 4-4 en el cierre de la fecha doce de la Liga Panameña de Fútbol.
Las ocho dianas despiertan la interrogante cuándo fue la última vez que un partido en Panamá terminó con tantos goles repartidos, con un fútbol tan abierto y apasionante, con llegadas en ambas porterías, con una que otra patada, con dos equipos con deseos de ganar sin resignarse a compartir los puntos.
Un partido que le permite al jugador salir de la cancha con la frente en alto, porque sabe que lo dejó todo, porque jugó con amor propio.
La fiesta de goles que vivió el Mini Rommel fue obra, en el caso del Tauro, de Jean Mc Lean, Luis "Matador" Tejada y Edwin Aguilar, en dos oportunidades; mientras por Sporting marcaron el colombiano John Valenzuela, Luis Morales, Gilberto Salas y Federico Marines cerró la cuenta.