Desde que murieron los padres de Linda y Simón hace 12 años, la vida para ellos cambió. Viven solos, son ciegos y hasta deben cocinar y lavar.
Se trata de dos hermanos de 69 y 63 años que viven solos, en La Loma de La Mata de Antón, y a pesar de su ceguera, ellos se las arreglan para cocinar, lavar y buscar agua, pero su gran temor es que la casa de quincha en la que viven se les caiga encima, y lo mas triste es que no tienen recursos para hacer otra.
María Linda Espinoza es conocida por amigos y vecinos como Linda. Ella, a pesar de su discapacidad para ver, hace todos los quehaceres domésticos y guía a su hermano menor. Linda estaba sonriente, a pesar de las adversidades que pasa, porque asegura que alguien los ayudará y tendrán una casa segura.
Esta abuela camina con un bastón improvisado por la humilde casa y sus alrededores para buscar leña y preparar algo de alimento para ella y su hermano, pero asegura que a veces no hay agua, y para usar la letrina deben caminar mucho y es un problema cuando llueve.
Ella solo anhela tener una casa porque la que tienen ya está vieja, es de quincha y está cayéndose, pero está consciente de que sus familiares no le confeccionan una porque todos son muy pobres.
Simón Espinoza es el otro hermano, es más joven, pero se ve más anciano por lo difícil que ha sido su vida, él extraña mucho a sus padres, quienes los cuidaban, aunque se ha acostumbrado a estar solo con su hermana y algunos vecinos que los acompañan algunas veces.
Habló poco, pero sí dijo que necesitan una casa y un sanitario porque la casa se cae y la letrina está lejos y a ellos se les dificulta salir de día o de noche a hacer sus necesidades, también recordó lo duro que la pasan sin alimentos.
Los vecinos y algunos familiares como pueden los ayudan, mas todos temen que con las fuertes lluvias la casa les caiga encima.