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TEMAS DE ACTUALIDAD
Pinchazos, chispas y p�lvoras
Gonzalo Castro Dom�nguez
No puede ser posible que mientras un vasto n�mero de la poblaci�n paname�a: entre ni�os, ni�as, j�venes y adultos, procedentes de las �reas marginadas tanto rurales como urbanas, todav�a vienen sufriendo penalidades sin cuento: hambre, pobreza extrema, analfabetismo, enfermedades y un catastr�fico desempleo, el Gobierno Nacional se d� el lujo de gastar Medio Mill�n de balboas para adquirir la propiedad de 17 autos nuevos de marca Cadillac, como un medio indispensable de transportar y atender a los mandatarios que permanecer�n en Panam� en ocasi�n de celebrarse la D�cima Cumbre de Presidentes y Jefes de Estado de Iberoam�rica. Esta medida antojadiza, falta de tacto, de equilibrio e inteligencia, constituye un atentado a la majestad de la Patria y es una tremenda bofetada ante los rostros del hombre humilde y sencillo paname�o, que cada d�a vive hundi�ndose en las aguas profundas de la miseria humana. Ante este drama de dolor y deshumanizaci�n social, se hace necesario que los gobernantes dirijan la nave del Estado con mayor seriedad, comprensi�n y con un alto esp�ritu de responsabilidad nacional, porque actos de esta naturaleza de condiciones inhumanas y de poca eficacia para elevar los niveles de vida del paname�o (malgastando los fondos p�blicos) entierran profundamente el principio democr�tico-social de igualdad de oportunidades para individuos y comunidades. Utilizar los fondos del erario nacional, para darse el lujo ante propios y extra�os, de que Panam� es un pa�s que transita el ancho camino del progreso, constituye grave obst�culo y convierte en retroceso el desarrollo de la democracia bien entendida y el adelanto humano; adem�s, se constituye en un grave peligro econ�mico, en una constante amenaza para la paz de los pueblos desde Dari�n a Chiriqu� y tambi�n representa un serio desaf�o a la moral pol�tica de los hombres de Estado. Nadie puede dudar ni negar la importancia que reviste la D�cima Cumbre de Presidentes y Jefes de Estado de Iberoam�rica, donde se plantear�n diversos problemas y males que corroen el alma de los pueblos iberoamericanos; pero que, a la vez, tienen sobrado derecho de luchar contra el sometimiento de que son v�ctimas por parte de sus opresores capitalistas y lograr alcanzar su anhelo de justicia social, de progreso, de paz y de confraternidad entre todos los pueblos del mundo. Los gobernantes y gobernados, deben mirar el presente y el futuro de los pueblos iberoamericanos, con esp�ritu de luz salvadora, ya que en muchas �reas de los pa�ses subdesarrollados, esta delicada situaci�n es por el crecimiento r�pido de la poblaci�n, mientras que el desarrollo de los nuevos recursos productivos marchan a un ritmo lento y raqu�tico. La ayuda mutua de car�cter mundial, sin precondiciones, se hace necesaria ponerla en pr�ctica desde ya, como un ataque certero a la miseria que viene aniquilando a nuestros pueblos y que debe expresarse en la acci�n y en la solidaridad internacional de la raza humana.
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