Cuenta la historia, que Santa Cecilia pertenecía a la familia de la "Gens" Cecilia familia que, según la historia perdió la vista salvando la estatua de la diosa Atenea de un incendio.
Según la tradición, Santa Cecilia formaba parte de esta poderosa familia pagana.
Se convirtió al cristianismo en una época de gran persecución y se distinguió por ser uno de sus miembros más activos y un ejemplo a seguir para los cristianos de la época.
En el año 177 después de Cristo, y siendo el también mártir Papa Urbano, Santa Cecilia fue acusada de profesar la religión cristiana y condenada a muerte por el prefecto, junto su Marido Valeriano y su hermano.
Dice la tradición que inicialmente intentaron axfisiarla, sin conseguirlo, posteriormente fue arrojada a un caldero con agua hirviendo, del que salió ilesa, y finalmente se decidió su decapitación.
Parece ser que el verdugo lo intentó por tres veces sin conseguirlo y que permaneció viva durante tres días hasta su muerte definitiva, como se ha dicho anteriormente en el año 177 D.C., aunque otros autores lo situan en el siglo III D.C.
Fue sepultada inicialmente donde se encuentra ahora su estatua y venerada allí al menos durante cinco siglos.