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Los habitantes de una comunidad de las Islas Fiji, situadas en el Pacífico, pidieron perdón "a los descendientes de un misionero británico que sus antepasados devoraron en 1867" (Crítica Libre, 14 de noviembre de 2003).
He allí un modelo de conducta para Martinete. Si los fijianos tuvieron el valor de expresar su arrepentimiento, también puede hacerlo el candidato del PRD, por los crímenes y vejámenes que su partido patrocinó y aplaudió en tiempos de dictadura.
Aunque ha menguado bastante últimamente, debilitada por la presencia ruidosa del maraquero y el resentimiento de la "línea dura" perredista, la influencia de los demócratas cristianos pudiese conducir a Martinete por ese camino. Porque difícil es pensar que una agrupación programática, ideológica y comprometida con los valores de la Doctrina Social de la Iglesia Católica pueda estar de acuerdo con la trayectoria repelente del partido de los militares.
�Martinete aspira a ganarse la confianza de la comunidad? Que, como los descendientes de los antropófagos de Fiji, pida perdón a la ciudadanía. Y que promueva la restitución de los bienes indebidamente apropiados por los alabarderos de la dictadura, comenzando por los 100 millones del Programa Colectivo de Viviendas de la Caja de Seguro Social. El Seguro, que es lo mismo que decir el pueblo panameño, lo necesita con urgencia.
Y que se apure el candidato perredista, no vaya a ser que como a los fijianos, le caiga a su partido una maldición por los abusos cometidos en otros tiempos. |
