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Plácido Domingo dijo que cuando llega a su hotel le gusta escuchar música lainoamericana, ya que se siente muy latino.  |
El tenor español Plácido Domingo está convencido de que perderá la voz antes que la pasión por el bel canto, porque a punto ya de cumplir su actuación número 3.300 sigue teniendo las ganas del principiante.
"Es una bendición de Dios que a los 62 años todavía pueda seguir cantando", dijo el tenor en Berlín, donde ensaya "La dama de picas", ópera de Piotr Ilich Tchaikovsky que estrenará con el israelí de origen argentino Daniel Barenboim a la batuta el próximo día 5 en la Staatsoper unter den Linden.
Domingo, que interpreta el papel protagonista -Hermann, hombre obsesionado con el juego- explicó que para su profesión hay que tener voz pero también pasión, "porque sin esa pasión, que en mi caso seguro que sobrevive a mi voz, no es posible seguir adelante".
"Cuando me levanto y descubro que puedo cantar, aunque ya no sea con la frescura de hace veinte años, le doy gracias a Dios, porque para mí es un regalo, una bendición", reiteró Domingo.
"Ayer entré en el teatro para un ensayo con vestuario y maquillaje a las dos de la tarde y salí a las once y media de la noche. Hoy nos espera lo mismo y seguro que mañana también", agregó.
No es de extrañar que tras nueve horas de ópera, el tenor necesite silencio al llegar a casa.
"A veces, cuando llego a casa o al hotel, necesito un poco de silencio", confesó el tenor, que se siente "muy latino". |
