Michael Mosquera, de 23 años, llegó por sus propios medios al cuarto de Urgencias del Hospital Santo Tomás, tras recibir un balazo en el cuello, en Curundú, la noche del martes.
Pero no fue el único. Desde el mismo lugar llegó un menor de 16 años, quien recibió un balazo en el pie derecho.
En ambos casos no hubo detenciones.