Trabajar vendiendo bollos y tortillas o viajando en un carro cisterna para distribuir agua potable son parte del pasado de al menos 60 niños del distrito de La Chorrera, quienes decidieron dejar de trabajar para dedicarse por entero a sus estudios.
Desde los nueve años, Velkis Ibeth Benítez salía a las calles del poblado de Naos y comunidades cercanas del corregimiento de Barrio Balboa a vender empanadas elaboradas por su madre.
El dinero de la venta era usado para comprar la comida del día y demás gastos de la casa, asegura Velkis, quien por ser la mayor de los hermanos era la única que salía a trabajar.
Aunque no puede precisar la cantidad de empanadas que vendía durante el día asegura que es mejor estudiar y educarse.
En tanto, Yery de la Rosa, tenía solo tres meses trabajando en un carro cisterna como ayudante, para la distribución de agua potable en diversas comunidades de La Chorrera, un trabajo en donde "a veces salía temprano", pero que le permitía ganar al día B/15.00
No obstante, para ello debía permanecer unas seis horas o más en uno de estos camiones, cuenta que salió a trabajar debido a las difíciles condiciones económicas de la familia.
Velkis y Yeri son dos de los 60 niños beneficiados con el Programa de Becas distribuidas a través del Programa para la Erradicación del Trabajo Infantil y Protección a las Personas Adolescentes Trabajadoras (CETIPPAT).
Aún cuando se ha logrado sacar de la calle a un número plural de niños, aún existen muchos que se dedican al trabajo de recolección de latas y a trabajar en la pesca y captura de camarones.
PROGRAMA DE BECAS
Los 60 niños que recibieron becas de estudios trabajaban en diversas actividades en el área de Barrio Balboa.
El programa obliga a los padres de familia a enviar a los niños a la escuela y a mantener al día el control de las vacunas o de lo contrario pierden estas becas.