¡El que nace para tamal…!

¡El que nace para tamal…!

¡El que nace para tamal…!

Por: Juan Pritsiolas Crítica -

El Gobierno intenta jugar al gato y al ratón con las amenazas de cierre de los diarios “Crítica”, “Panamá América” y “día a día”. El mandatario Juan Carlos Varela dijo nervioso que eso lo maneja el Ministerio Público. "Yo no tengo nada que ver con el tema", fue su exclamación. La procuradora Kenia Porcell le aseguró a una reportera de NEXtv que no tenía ningún expediente contra Editora Panamá América (Epasa).

Ninguno parece decir la verdad. Ahora han vuelto a utilizar el mismo procedimiento que a lo largo del Gobierno les ha servido para armar casos contra opositores: siembran noticias en medios alineados con el Gobierno para luego abrir procesos.

Así sucedió con los casos del Programa de Ayuda Nacional cuando le entregaron el disco duro del PAN a un periodista que ahora se esfumó de la faz del país; se prosiguió luego con otros procesos en los que el material noticioso llegaba desde Palacio acompañado de otros aderezos. ¡No hay nada oculto!

El viernes, a través de TVN, se soltó una glosa en la que se insinúa que las autoridades tienen un expediente sobre la compra de a Epasa y se alega que la empresa debe millones de dólares. Lo primero lo hacen desde el 1 de julio del 2014, cuando Varela tomó posesión. El mandatario tiene una fijación en el tema. En su momento quiso ser socio cuando se dio la transacción con los Arias. Sobre deudas al fisco, la editora tiene paz y salvo vigente y las múltiples auditorías a las que nos han sometido siguen su proceso.

En Epasa entendemos que cada medio es libre de tener su línea editorial, pero hay temas que son de principios. El que una televisora propugne indirectamente por el procesamiento y cierres de medios de comunicación es reprochable.

Esa posición contra los periodistas no es nueva en los directivos de dicho canal. Ya el Conape y el Sindicato de Periodistas cuestionaron las expresiones de Temístocles De Obaldía Araúz, vicepresidente de asuntos informativos de TVN, cuando en una asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) exclamó que en Panamá había periodistas de bajo perfil.

Que una figura que se formó en las filas de la Democracia Cristiana y tuvo que asistir a innumerables seminarios de la Fundación Konrad Adenauer tenga ese criterio y desconozca principios básicos de la Declaración de Chapultepec, lo retrata de cuerpo entero. El tipo todavía se atreve a preguntar a sus subalternos: ¿en verdad piensan que somos una televisora varelista? ¡Que lo sean no es el problema, sino que entienda que hay un asunto de principio: libertad de prensa y expresión!

En términos simples, la Declaración de Chapultepec se basa en el concepto de que “ninguna ley o acto de gobierno puede limitar la libertad de expresión o de prensa, sin importar el medio de que se trate”. 

De Obaldía –quien viene de las filas de un grupo como MOVIN, que hizo campaña abierta a favor de la campaña de Varela– no ha sido periodista en su vida. Llegó al cargo por su relación con Jaime Arias Calderón, el poder tras las sombras en el Grupo Motta.

Figuras como el Dr. Miguel Antonio Bernal –con quien en ocasiones no coincidimos en puntos de vista– sabe que hay temas de principios. “Es inaceptable y debe ser repudiado por cualquier medio de comunicación. Ese tipo de actitud del Gobierno es extremadamente peligrosa para la libertad y el derecho a la información”, sentenció el catedrático.

Si se quiere hablar de compra de medios, podemos recordar las presiones que hizo el partido del que era miembro De Obaldía para hacerse del Canal 2 tras la invasión norteamericana.

Al dueño de TVN, Carlos Duque, lo amenazaron con congelarle las cuentas, cerrarle dos compañías que tenía en la Zona Libre de Colón y asegurarle que iría a parar con todos sus huesos a prisión. El excandidato presidencial y para entonces presidente del PRD se aterrorizó.

Con un Carlos Duque más blandito que un ñame baboso, los abogados y miembros de la familia Motta le solicitaron una cita. El hombre que “llevaba el pueblo adentro” los recibió en su propia residencia en Coco del Mar y se firmó la “venta”. La televisora con equipos, frecuencias, una emisora, antenas y otras facilidades fue vendida a precio de baratillo: $5 millones.

Esa misma operación parece que le están montando hoy día a Abdul Waked. Se aprovechan de que el empresario fue incluido en Lista Clinton para tratar de comprarle a precios de bicoca los diarios “El Siglo” y “La Estrella”. Ya se sabe de varios grupos interesados, entre ellos, los canales de televisión.

Comercialmente, a Epasa nos favorece que desaparezcan ambos medios, pero repito, hay temas de principios como la libertad de prensa y expresión, así como de solidaridad con periodistas que en algún momento fueron compañeros, subalternos o colegas en el bregar. Hay gente que no entiende eso y por qué: sencillamente son pasajeros… llegaron a los medios por influencia, por el dedo… no por méritos propios.

Por eso apoyamos expresiones como los colegas de “El Siglo” que denuncian que los han sometido a una merma laboral provocada por “intereses poderosos que parecieran estar más interesados en poner a la empresa de rodillas para pescar en río revuelto” que en defender aspectos fundamentales como las libertades de prensa y de expresión.

Estoy consciente de que abordar este tipo de temas no es fácil para los periodistas. El encarar al poder económico cierra puertas y genera temor en muchos, pero hay que caminar sin miedo. Hoy me toca exponer el tema, mañana vendrán otros que harán el trabajo. Lo importante es que el dinero no disminuya los principios.

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