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EDITORIAL
A tres años del triunfo de Mireya
Luego que han pasado más de mil días desde las elecciones que le dieron el triunfo a los arnulfistas y su alianza en 1999, �Cuál es el balance que hace la población y el gobierno?
La respuesta no es fácil. Seguro habrá posiciones encontradas a favor y en contra de la gestión mireyista. Las últimas encuestas realizadas por medios de comunicación hablan muy mal del trabajo de Moscoso y su equipo, y una mayoría todavía, no exactamente medida, se queja de lo que se percibe como incapacidad administrativa y política del grupo en el poder.
Sin embargo, no nos llamemos a engaño: la percepción no es negativa exclusivamente contra los arnulfistas y su principal figura, Mireya Moscoso, si no contra la clase política en general ya que, después de la infausta invasión estadounidense de 1989, los políticos en general han llevado al país a un abismo de incredulidad, de luchas intestinas y estériles que no muestran luz en el camino, y mucho menos puertas de salida.
No obstante, por ser el grupo que domina, la peor de las críticas se las lleva Mireya y su equipo, quienes no han logrado despertar en la población la sensación de seguridad y esperanza que una buena mano de estadista sabría hacer brotar en su gente.
Aunque no haya empleo, aunque la crítica situación mundial agote las fuentes de dinero líquido en el país, aunque esa misma crisis haga más lento el paso de los proyectos nacionales, aún así, una aparente impericia política ha evitado que los mireyistas tengan mejor ascendente sobre la población, la que -según los sondeos publicados- mira a los gobernantes como corruptos y, peor aún, como ineptos que actúan a tontas y a locas, sin directriz ni brújula.
�Están trabajando Mireya y su gente por el país? Ellos, los que con ella hacen gobierno, dicen que sí, y acusan a los medios de comunicación y a grupos políticos adversos de llevar adelante una campaña en su contra, para hacer ver que no se está haciendo nada, porque no saben cómo se hacen las cosas, y porque no les interesa, pues su agenda principal es enriquecerse.
Seguro que no todo lo malo que se dice del gobierno es verdad. Pero tampoco se está trabajando tanto y tan bien como el gobierno dice. Hay en el punto medio de esta tormenta de acusaciones y recusaciones un centro de equilibrio que todos debemos encontrar. Si nos quedamos con las querellas, o con las apologías, sin hacer un examen crítico, nunca encontraremos el camino de salida.
Y quienes tienen que hacer este análisis serio y sin apasionamiento, son principalmente los políticos, esos que a veces exageran en sus acusaciones contra el gobierno, y también esos que no aceptan las críticas y creen que quienes señalan sus sospechas de corrupción e incapacidad contra los gobernantes, mienten en sus criterios y lo único que buscan es la anarquía. �Y todavía faltan dos años más!
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PUNTO CRITICO |
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