La mañana de ayer., jueves, el boxeador José "Maco" Arboleda salió de su residencia junto a su padre Euclides Arboleda.
Mientras ambos estaban conversando en la parada de Kuna Nega sobre la próxima pelea de "Maco" con el boxeador colombiano Feider Viloria, el púgil de 27 años se subió al autobús de la ruta Kuna Nega-Betania, que estaba lleno de pasajeros, pero nunca se le ocurrió que en el camino iba a tener una tragedia que lo dejaría peleando por su vida.
"Nosotros salimos juntos de la casa. El iba a correr al Estadio Nacional Rod Carew para hacer sus ejercicios como todos los días, y antes de abordar el bus le dije: "Maco", el bus está lleno, y me dijo: no importa, yo me voy a bajar en el estadio para correr", dijo Arboleda padre, con voz entrecortada y casi solllozando.
Tres minutos después, su padre abordó el otro bus y en el camino se encontró con un enorme tranque y se asomó por la ventana del colectivo y vio una gran cantidad de gente tirada en el piso.
"Me quedé nervioso y sospeché que en ese bus estaba mi hijo, y cuando miré nuevamente por la ventana, vi que "Maco" estaba tirado en el piso. De una vez me fui corriendo donde estaba para auxiliarlo", relató el señor Euclides mientras sus lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas cuando comenzó a recordar el día en que nació su hijo.
Cuando Euclides llegó donde estaba tirado su hijo. De una vez le comenzó a decir: "Papá, me estoy ahogando, quiero dormir", y su progenitor le comenzó a pegar en la cara para que su hijo no se durmiera. Dos minutos después del accidente automovilístico, llegó la ambulancia para dar los primeros auxilios al púgil panameño que hasta el cierre de edición se encontraba fuera del tinglado tirando puñetes por su propia vida.
Ayer fue intervenido quirúrgicamente para repararle el hígado, órgano que sufrió severos daños con los golpes que tuvo el peleador. Hasta anoche, "Maco" Arboleda se encontraba en estado grave, según el médico Roniel Rudas.
"Las horas que vienen serán determinantes en el estado de salud del boxeador. Hay que rogar que Dios esté con nosotros, porque ya lo que médicamente se podía hacer, se hizo", concluyó el galeno.
