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MENSAJE
Error humano, descuido y niebla
Hermano Pablo
Uno era un Boeing 727 de Iberia. El otro era un DC-9 de Aviaco. Ambos estaban cargados de pasajeros, y ambos corr�an por la misma pista. Era la pista de despegue en el aeropuerto de Madrid, capital de Espa�a. Pero los dos aviones de pasajeros no corr�an en el mismo sentido, sino que cruzaron sus l�neas. La colisi�n que se produjo fue fatal. Del terrible choque resultaron muertas noventa y tres personas, tanto del Boeing como del DC-9. Fue uno de los m�s graves accidentes ocurridos en Madrid en los �ltimos tiempos. �La causa? �Error humano, descuido, y niebla cegadora�, anunciaron los diarios. Los accidentes de aviaci�n son en realidad muy pocos comparados con los miles de vuelos que se realizan todos los d�as en todo el mundo. Pero cada vez que hay un accidente grave, la prensa mundial conmueve la opini�n p�blica. Y casi siempre la causa de estos accidentes que cuestan centenares de vidas humanas se atribuye al descuido, a la imprevisi�n o a la falta de se�ales adecuadas. En este accidente de Madrid, la causa fue una niebla cegadora, que apenas dejaba ver, y una falla en la torre de control que le dio pista a dos grandes aviones al mismo tiempo. Podr�amos decir que en todas las tragedias que perjudican a las personas, afectan los matrimonios y destruyen los hogares, hay tambi�n �error humano, descuido, y niebla que enceguece�. Pongamos por caso un matrimonio que llega al tribunal para ponerle fin a su relaci�n conyugal. �Cu�les son las causas que han provocado el divorcio? Casi siempre error humano, de �l o de ella, al entregarse a un amor prohibido. Y descuido. Descuido de los sagrados votos que se hicieron al comienzo de su vida matrimonial. Descuido de las eternas leyes de Dios. Descuido del amor, de la comunicaci�n y del compa�erismo imprescindibles entre esposo y esposa para mantener la unidad y la felicidad. Y niebla cegadora. Niebla de falsos conceptos del amor. Niebla de la conciencia, que no le importa hacer el mal. Niebla cegadora de una mala moral cuya sola base es el ego�smo. Necesitamos un Salvador, un Se�or y un Maestro que nos ponga en el carril adecuado, nos mantenga en una l�nea recta de conducta y nos provea una s�lida fuerza moral. Necesitamos a Jesucristo, �nico Maestro, Se�or y Salvador. S�lo por �l, y con �l, evitaremos la desgracia.
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