El juicio político contra el Presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, impulsado por la bancada republicana del Senado de ese país, inició un 7 de enero de 1999. Los cargos que se le imputaron a Clinton fueron perjurio y obstrucción de la justicia. En el primer cargo, 55 senadores votaron "No culpable" contra 45 que votaron "culpable", y en el segundo cargo, hubo empate entre senadores, 50 votos culpable contra 50 no culpable. Se salvó Clinton.