El ex general Manuel Antonio Noriega todavía sigue en el limbo. Tres jueces del Tribunal Federal de Apelaciones escucharon algo escépticos los argumentos de sus defensores para evitar que se le extradite a Francia, argumentando que como prisionero de guerra debe ser repatriado.
El abogado Jon May alegó que, como prisionero de guerra, su cliente está amparado bajo las Convenciones de Ginebra y por lo tanto no puede ser extraditado a un tercer país.
Pero el juez Ed Carnes le preguntó varias veces al abogado defensor si sabía que el Congreso había eliminado esos argumentos cuando aprobó en el 2006 una ley que limitó los derechos de los enemigos combatientes detenidos en la Base Naval de Guantánamo, en Cuba, incluyendo los relacionados con casos criminales.
Podrían pasar varios meses hasta que se dicte un fallo. May adelantó que probablemente acuda a la Corte Suprema si pierde esta apelación y además explicó que en último caso correspondería a la próxima secretaria de Estado, Hillary Clinton aprobar la extradición, si Noriega pierde en los tribunales.