Una auténtica y bien lograda narración mística nos entrega el famoso erudito sacro, predicador, orador y escritor español Fray Luis de Granada (Luis Sarrá), 1504-1588) perteneciente a la orden de Santo Domingo. Autor de numerosos tratados de carácter ascético (regio-severo) en los que domina una exuberante riqueza de estilo; uno de ellos es el citado como artículo y cuyo resumen dice: "Cuando la Virgen lo tuvo en sus brazos �qué lengua podrá explicar lo que sintió? �Oh ángeles de la paz! �Llorad con esta sagrada Virgen� Llorad, cielos; llorad, estrellas del cielo, y todas las criaturas del mundo, acompañad el llanto de María. Mete su cara entre espinas de la sagrada cabeza; júntase el rostro con el rostro, tíñese la cara de la Sacratísima Madre con la sangre del Hijo; y riégase la del Hijo con las lágrimas de la Madre.
El cristiano ha de tener claro en qué consiste la cruz para un creyente, pues puede suceder que, a veces, la ponga donde Cristo no la ha puesto. Más todavía. Puede darse que un cristiano, tratando de asumir la cruz de Cristo, Viva, Crítica en Línea mortificándose en diversos aspectos de su vida y, paradójicamente todo ello se convierte en tranquilizante que, de hecho, le impide seguir el camino trazado por el Crucificado". Salt (1989).
Jesús asume su propia crucifixión; la Cruz de Jesús es aflicción y el rechazo que aparecen en su vida como consecuencia del servicio a los que sufren injustamente.
Lucas manifestó la fe de Jesús con su Padre: Padre en tus manos pongo mi espíritu. No olvidar que la cruz de Jesucristo es la luz de la vida.
Jesús por tu santa cruz: sed mi esperanza.
Jesús por tu santa cruz: derrama sobre mí todo bien.
Jesús por tu santa cruz: tened piedad de mí.
Jesús por tu santa cruz: alumbradme el camino de la salud.
Jesús por tu santa cruz: Preservadme de accidentes corporales y temporales.