Poco más de 12 horas bastaron para que dos hechos de tránsito en el que se vieron involucrados dos buses diablos rojos acabaran con la vida de una mujer embarazada y un pequeño de cinco años.
En el primero de los casos, aproximadamente a las 10 de la noche del lunes, Marisol Ghervet, de 27 años, con siete meses de embarazo, murió atropellada junto a la criatura que gestaba.
En este trágico hecho un bus de la ruta Don Bosco-Vía España se salió del carril en el que iba y se fue de frente contra ella y su esposo Duadney, cuando pretendían cruzar la vía José Agustín Arango.
Ghervet, de 25 años, fue trasladada con escasos signos vitales hasta la Policlínica J.J. Vallarino en Juan Díaz, sin embargo, falleció en el lugar, mientras que su concubino, Duadney Mejía, de la misma edad, recibió golpes de consideración , pero que no pusieron en riesgo su vida.
Según testigos, el bus 8B-1411 con placa única 373994, de la ruta Don Bosco-Vía España, venía en regata con otro colectivo, cuando al parecer debido a la velocidad, perdió el control y para evitar colisionar con un taxi se fue de lleno contra una esquina en la entrada de la barriada Concepción, donde en una esquina estaban la hoy occisa y el herido.
La noticia de la muerte de Marisol se regó como pólvora entre sus familiares y amigos que se hicieron presentes en el lugar de los hechos, y llenos de irá intentaron linchar a los acompañantes del conductor del autobús, que sumaban siete en total.
El conductor del colectivo de nombre Luis Antonio González y uno de los pavos que lo acompañaban fueron conducidos por las unidades policiales hasta el Hospital Santo Tomás para hacerse el respectivo parte médico.
En tanto, el esposo de la víctima, Duadney Mejía rompió el silencio y explicó desde su casa en Concepción, Juan Díaz, donde se recobra de las heridas, que está destruido por lo ocurrido.
Reveló que al momento del accidente, acompañaba a Marisol a tomar un taxi porque aunque eran pareja, desde hace tres años y medio, no vivían juntos, pues ella residía en Paraíso, distrito de San Miguelito.
"Nosotros estábamos en la línea de seguridad, íbamos a cruzar cuando sólo sentimos el impacto del vehículo", afirmó Mejía que esperaba el próximo nacimiento de su hijo.
NI�O DE 5 A�OS, LA OTRA VICTIMA
En otro lamentable caso de tránsito, ocurrido a las 10 de la mañana de ayer martes, un pequeño de tan sólo cinco años, de nombre Rodrigo González, perdió la vida por las heridas que le causaron las llantas de un diablo rojo que le pasó por la cintura.
El hecho se dio en el sector conocido como: "La Cuchilla", corregimiento de Calidonia, cuando según testigos, el niño se le soltó del brazo de su madre Valentina González para ir detrás de un hermano mayor, que ya había logrado cruzar la avenida Central.
Fue entonces cuando el bus 8B-62, con placa única 352231, conducido por Carlos Luca Cedeño, de 57 años, de la ruta Veranillo-Transístmica, lo atropelló, quedando el cuerpo del niño en el pavimento en medio de un charco de sangre.
El infante pudo ser trasladado con vida hasta el Cuarto de Urgencias del Hospital Santo Tomás, fue estabilizado e inmediatamente referido hasta el Hospital del Niño, donde a los pocos minutos de haber llegado, falleció.
El impacto de la escena, donde vio cómo atropellaron a su hijo, provocó que la madre perdiera el conocimiento y tuviera que recibir atención médica.
Personas que se encontraban en el lugar aseguraron que el bus de Veranillo no fue el que realmente atropelló mortalmente al pequeño, sino otro colectivo que se abrió por el costado y posteriormente se dio a la fuga.
En tanto, el conductor Carlos Luca Cedeño fue trasladado hasta el Hospital Santo Tomás para la respectiva revisión médica.
En dicho lugar, Cedeño visiblemente afectado, manifestó no saber si fue su unidad la que golpeó al menor.
"Yo sólo escuché a la gente gritar, explicaba Mejía, mientras las manos le temblaban.
En tanto en Brooklincito, Viejo Veranillo, corregimiento de Curundú, los vecinos del niño manifestaron su pesar por la tragedia.
Uno de los amiguitos del infante recordaba que a Rodriguito le gustaba mucho manejar su motoneta y correr por el lugar.