Cesc Fábregas se mostró ayer exultante con el partido disputado el miércoles entre el Arsenal y el Barcelona en Londres en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, con victoria de su equipo por 2-1, asegurando que fue "el mejor partido que he experimentado en términos de calidad e intensidad".
Pese a haber jugado ante grandes y decisivos partidos, como la final del Mundial de Sudáfrica, en el que dio el pase de gol en la final a Iniesta, Fábregas se quedó en lo futbolístico con lo vivido en el Emirates, donde su equipo remontó en cinco minutos, casi al final del partido, el gol de Villa en la primera parte.
"Es una victoria enorme", dijo Fábregas, entusiasmado con la ambición de los dos equipos para jugar al ataque.
"Ellos tuvieron la pelota y fueron por ella. Nosotros tuvimos la pelota y también fuimos por ella. Nunca había vivido un partido con tanta calidad en el campo por parte de ambos equipos", manifestó el capitán de los "gunners", que jugó a un gran nivel.
Autor del contraataque que propició que Arshavin marcara el segundo gol local, el centrocampista consideró que el resultado supone una gran inyección de moral para su equipo, cuya capacidad competitiva es cuestionada con frecuencia en este país.
"Fue el resultado justo y sin duda fue edificante. Estamos en la final de la Carling Cup, tenemos Copa el domingo y dos partidos antes del choque de vuelta. Espero que esto sea bueno para el equipo porque desde que comenzó el año no hemos perdido ningún partido", señaló en declaraciones recogidas en la página del Arsenal.
Fábregas, que llegó al club londinense hace siete años procedente de la cantera del Bara, admitió que la vuelta, que se jugará el 8 de marzo en el Camp Nou, será difícil e intensa.