La fiebre aftosa es conocida desde hace mucho tiempo y seguía la ruta desde Oriente tras la ruta del comercio y de las guerras. Los primeros datos de su transmisibilidad son de 1682 realizados por la Cancillería del cantón de Lucerna en Suiza.
La propagación de esta enfermedad se realiza por un contacto directo de los animales o por medio de objetos contaminados, como el pasto, agua, moscas, pelo de ganado, calzado de los personales que trabajan con el ganado enfermo, leche fresca sin tratamiento, también debemos incluir en este grupo al aire.
El ganado bovino es el que más importa en la diseminación de la enfermedad, a pesar de afectar a otras especies como las mencionadas anteriormente o a los ciervos, venados y jabalís. Los vacunos encuentran su máxima actividad infectante por vía aérea entre 1 a 5 días luego de la infección con un máximo apreciado en dos semanas.
MANIFESTACIONES
La primera manifestación clínica en los bovinos es altas temperaturas, la cual es seguida por una falta de apetito en un retardo y cese de rumiación. Esto produce un decaimiento en el animal que se agrava con la aparición vesículas en la cavidad bucal, llegando a comprometer el hocico, el rodete coronario y los espacios interdigitales. Estas vesículas se rompen dentro de los tres días de formadas convirtiéndose en focos dolorosos y sensibles. No olvidemos que también las ubres se ven comprometidas.
Ante este panorama, el animal no puede comer, lo que hace que todo el equilibrio biológico caiga y las complicaciones aparezcan de acuerdo a la gravedad del animal.
CONTAGIO HUMANO
La fiebre aftosa en el hombre es una enfermedad benigna. El período de incubación dura de 2 a 4, días pero puede propagarse hasta ocho días. La susceptibilidad del hombre al virus fue objeto de controversia durante muchos años, pero en la actualidad no cabe duda de que la fiebre aftosa es una zoonosis, aunque de muy baja incidencia.
La posibilidad de enfermarse la tienen las personas que trabajan con los animales enfermos o consumen leche cruda de animales afectados.
El virus aftoso tiene una supervivencia, de acuerdo al lugar en que esté alojado, en pastos, durante el verano 4 semanas y en invierno 12 . En el suelo en verano una semana y en invierno 12 semanas.
En el calzado de cuero entre 30 y 35 días, en las botas de goma 100 días, en la leche no tratada 1 día en la carne vacuna de acuerdo a la temperatura puede sobrevivir entre 70 y 190 días.
El control de la enfermedad se realiza mediante la vacunación, una buena campaña sanitaria y un estricto control del movimiento de los animales tanto nacionales como internacional.